¿Se puede aprender a conducir en un simulador de conducción? Cristina es una alumna de la autoescuela Arias, en Zamora, que está aprendiendo a conducir. Raquel, su profesora, le enseña cómo debe manejar el vehículo y las nociones más básicas antes de comenzar las clases prácticas con un coche real.
A mediados de este mes, la televisión autonómica de Castilla y León visitó esta autoescuela para conocer de primera mano cómo aprenden los alumnos a conducir. El reportero José Antonio Hernández entrevistó a Carlos Arias, director de Arisoft, empresa que ha desarrollado el software de simulación DriveSim en colaboración con el Instituto Tecnológico de Castilla y León (ITCL).
Carlos Arias, director de Arisoft:
“El simulador está teniendo muy buena acogida, sobre todo en algunos países de Latinoamérica, como en Colombia, Brasil, Ecuador… En Europa estamos en España y Alemania y un poquito en África también, ya hemos enviado varios simuladores a Angola”.
Tal y como cuenta Carlos Arias al reportero, con el simulador para autoescuelas Drivesim podemos experimentar situaciones de la vida cotidiana “y también situaciones que no son tan cotidianas. Precisamente utilizamos el simulador para poder reproducirlas, en un ambiente seguro.”
Cristina cuenta al reportero:
“La verdad es que el simulador está muy bien porque aprendes las cosas más básicas, que yo creo que luego te vienen bien para las prácticas”.
Raquel, profesora de la autoescuela que enseña a Cristina a conducir, cuenta que el simulador es “una forma de iniciarse y tener los primeros contactos en algo parado donde los alumnos pueden utilizar los mandos, el volante… Y después ya cuando lleguen al coche ya no se encuentran con algo tan desconocido. Lo utilizamos tanto en clases teóricas para enseñarles los mandos del vehículo, como en la clase práctica, para que puedan utilizar incluso conducción eficiente, distintas situaciones…”.
“Al utilizar aquí el simulador, los alumnos saben para qué utilizar el freno, acelerador, embrague… El volante, ya no se encuentran tan perdidos y saben cómo moverlo y el cambio de marchas, por ejemplo, ya no necesitan mirar las marchas. En el coche ellos tienen un conocimiento de algo que ya han utilizado.”
Cristina considera que el simulador es una herramienta de apoyo a la práctica, que no la sustituye:
“El simulador ayuda a mejorar, por supuesto que no podemos descartar la práctica porque es donde vamos a tener el día a día de las siguientes situaciones, pero sí que nos va a ayudar muchísimo. Sobre todo, hay gente que tiene un poco de miedo a cómo va a ser, incluso amaxofobia, ese pánico a conducir, y con el simulador aprenden a quitar el miedo al vehículo”.
Podéis ver la entrevista completa y las prácticas de Cristina en este vídeo:
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